lunes, 11 de junio de 2007

CARTA DE TITO ALVARADO A TODOS LOS PARTICIPANTES EN EL PROYECTO CULTURAL SUR

Trópico de poesía y luz, La Habana, 2007

Tito Alvarado

Del 28 de mayo al 2 de junio, en más de ciento cuarenta puntos del planeta ocurrió el XII Festival Internacional de Poesía de La Habana. Yo estuve entre los felices infelices que en la ciudad de La Habana y otras ciudades de las cercanías, leyeron poesía a un público multifacético bajo el ineludible calor del trópico.


A la cita llegaron poetas, editores, artistas y amantes (de la cultura) de distintos puntos del planeta, que durante una semana convivieron y compartieron con sus iguales de Cuba.


Fueron inolvidables días de constante ajetreo, ir hacia los puntos de lectura, conocer gente en su inmensa humanidad, reconocer los amigos de siempre, asombrarse de los avances, leer, escuchar y producir poesía.


Aparte de la experiencia de cada uno de los participantes y del intercambio que significa coincidir en un Festival con poetas venidos de muchas realidades, podemos destacar el tremendo salto de calidad de este Festival, que comenzó hace más de una década en un garaje convertido en casa. En aquel lejano entonces, los congregados para el rito de leernos nuestros desvelos sumábamos cinco, yo era el único aparecido del continente. Ahora eramos cientos los poetas, de todos los rincones del mundo, leyendo para un numeroso público atento.
El salto de calidad y cantidad lo puedo resumir en hechos y presencia concretos:
La inauguración en la Basílica menor de La Habana es ya una tradición, salvo que esta vez el público copaba toda la nave.
Firma de un convenio de apoyo mutuo entre cinco Festivales de Poesía.
La tercera reunión de la Junta Mundial de poetas (cuyo manifiesto les adjunto). Esta vez con ponencias y debates vitales para los nuevos aportes de la literatura y los poetas.
Realización de Palabra en el Mundo en más de sesenta puntos en Cuba y ochenta y tres lugares en el mundo, es una forma de hacer participar en el Festival a poetas y público que no tiene forma de ir a La Habana.
Participación de las mejores voces del arte escénico de La Habana leyendo poesías de su elección.
Presencia de Africa por medio de poetas de Angola y Mozambique, que terminó con una fiesta en la casa de la Cultura angolana, con baile, ron y cerveza. Algo inolvidable.
Comitivas de poetas, invitados y nacionales, a distintos lugares de los alrededores de La Habana.
Unión al Festival Internacional, del Festival: Botella al mar, de Mariel, un puerto cercano a La Habana, allí se leyó en la biblioteca popular. Luego de pasar la noche a cuerpo de poeta, nos repartimos para leer y compartir poesía en distintos centros de trabajo. Finalizamos la jornada colocando un poema dentro de una botella que lanzamos al mar con la secreta esperanza de que alguien logre rescatarla y comunicarse con el poeta afortunado.


No puedo hablar de lo que fueron los últimos días del Festival, el viernes me dediqué a escribir con hechos el mejor poema que haya escrito jamás. El sábado salí a las carreras rumbo al aeropuerto. Según la programación debíamos leer juntos todos los miembros de Proyecto Cultural SUR. Mi participación no pudo ser realidad en presencia física, pero aunque nadie me haya visto, estuve allí conociendo, admirando y coincidiendo con mis hermanos de Cuba y del mundo que han optado por creer en el ser humano.


Este festival me ha dado la posibilidad de encontrarme con una treintena de estudiantes que pronto serán profesores. La escuela queda en pleno campo, ellos viven allí internos y ayudan en ciertas labores de la escuela y del campo. Este hecho me recordó aquel desafío de comunicación que fue leerles poesía a los niños de Quinoa, Ayacucho, Perú. Ellos debían hacer un dibujo con lo que mi poema les sugiriera, Creo que pasé aquel examen que me hizo crecer: si la poesía no sirve para establecer comunión con la gente, no sirve para nada. Con Jeanne Maz, artista plástica, médico y poeta, leímos, preguntamos y respondimos las preguntas de los jóvenes. Fue un intercambio que nos deja la grata sensación de haber tenido el mejor público que poeta alguno pueda imaginar.


En un festival no todo es lectura, hay intercambio de libros, conversaciones fascinantes, compartir un mojito, una cerveza, una mesa servida, se intercambian direcciones y promesas de escribirse, que rara vez se cumplen y sobretodo nos proyectamos a otros en la diversidad. Tuve la suerte de recibir los catálogos:
Serra da Capivara “imagen do antes” de Jeanne Maz, Brasilia, con sus recreaciones de lo que nuestros primeros pintores grabaron en un lugar inigualable de Brasil, allí se registro el primer beso de la humanidad;
Tres artistas plásticos de Tabasco, destaco a Mario Martínez, quien se reconoce poeta y ve en mi a un pintor, halago que me permite asumirme como permanente enamorado de las artes plásticas; Contemporanea Cuba, muestra de talentosos artistas plásticos de Cuba en Italia, que cuenta con la presencia de Pierre Bernet (cubano de siempre aunque tenga nombre francés) y Fumero;
de manos del editor Juan Carlos Díaz Verdugo (Editorial Maucho, México) recibí el ejemplar 181 del libro Delta, con poemas de Omar Lara y gráfica de Sebastián Burgos, un magnífico trabajo;
el poeta Dyma Ezban me entregó “un paquete” (eso me dijo días antes) con sus diez obras, versos de una profundidad sublime que estremecen;
Marisa Trejo Sirvent me entregó Jardín del Paraíso con el mar de sus recuerdos en un libro con olas y alas;
Luis Carlos Suárez, diputado de la Asamblea Nacional de Cuba, en las dimensiones de la humildad y la amistad me hizo el honor de entregarme Galerías interiores, cuaderno con quince poemas desde el interior de su isla grande. Muchos otros poetas por medio de sus libros me permitirán adentrarme en su universo y volver de ese viaje con mundos nuevos.


Concluyo que este festival ha servido a muchos, me incluyo, para crecer desde y hacia si mismos, crecimiento que ha de significar nuevos aportes al arte de entregar sentimientos en las palabras.
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Adjunto


DOCUMENTO FINAL DE LA JUNTA MUNDIAL DE POETAS POR LA PAZ
EN DEFENSA DE LA HUMANIDAD
DEL XII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE LA HABANA


MANIFIESTO DEL 2007


Más de cien poetas de cuarenta países reunidos en la 3ra Junta Mundial de Poetas por la Paz en Defensa de la humanidad, convencidos de que nuestra acción puede contribuir a una movilización planetaria de la conciencia mundial para la creación de una sensibilidad resistente, en la que al hombre le sea éticamente consustancial y natural la lucha contra la guerra, el hambre y la injusticia, en aras de la preservación de la vida en la tierra, hacemos un llamamiento a todos los hombres y mujeres del mundo, sin distinción de raza, cultura, religión, ideología, credos políticos o filosóficos, a convertir su preocupación ciudadana en hechos concretos que puedan cambiar la configuración de un mundo, en el que ya no es posible vivir sin espantarse:


Exigimos terminantemente que se elimine la opción de la guerra entre los estados, países, pueblos y religiones.
Cese de inmediato la producción de todo tipo de armamentos que, en una práctica aberrada, utiliza las mejores conquistas de la inteligencia humana para el exterminio de la especie.
Que los recursos financieros que se gastan en armas, publicidad y ocio sean empleados para combatir el hambre, la enfermedad y la muerte que sumen en la desesperación y el dolor a las dos terceras partes de la humanidad.
Que la conciencia mundial ponga sus ojos en la dura realidad de África en la que el abandono y la expoliación sin límites ponen en peligro la existencia humana, amenazada y aniquilada por el VIH, el hambre, la insalubridad, el analfabetismo, la sequía y la pobreza más grosera. La tierra donde surgió el hombre no puede ser la tierra donde se extinga el hombre.
Desplegar una acción planetaria por la condonación de la deuda de África con Occidente en compensación por toda la riqueza que durante siglos los pueblos africanos han aportado al desarrollo de las sociedades occidentales.
No permitamos que los alimentos, vitales e imprescindibles para garantizar la subsistencia de millones de individuos, sean convertidos en combustibles para saciar la opulencia y el despilfarro irresponsable de las sociedades consumistas de Occidente.
Que las transnacionales no privaticen impunemente el agua y la biodiversidad genética, en nombre de intereses sin escrúpulos que todo, hasta el aire que respiramos, convierte en marcas comerciales.
Que cese la guerra contra los pueblos de Palestina y el Sahara Occidental, y la comunidad mundial exija el establecimiento de condiciones para la vida digna y en paz que esos pueblos merecen.
Cese la política de guerra total del imperio americano contra el mundo disidente que, cada día más, se levanta y contesta a su apetito voraz de dominación global.
Los poetas llegados desde los cinco continentes para participar en el Festival de Poesía, reconocemos y agradecemos los esfuerzos de Cuba en la construcción de una alternativa viable y triunfante, que sitúa al ser humano al centro de las preocupaciones del estado y de la sociedad, en la conquista de una vida digna, sana y culta.
Nos solidarizamos con el pueblo cubano en su lucha contra la guerra sin cuartel que le han impuesto durante medio siglo las distintas administraciones estadounidenses. Asimismo exigimos la devolución de la base naval de Guantánamo, convertida en cárcel y centro de tortura para los “combatientes enemigos”, que en cualquier oscuro rincón del mundo signifiquen una contestación hostil a los intereses imperiales.
Los poetas, en tanto hombres y mujeres, podemos cambiar la realidad.
Cambiemos entonces el estado de cosas existente en el planeta. Salgamos al encuentro del hombre que en las calles del mundo muere y lucha y ama y se redime en una acción que lo trasciende como salvación. Nos comprometemos a que cada palabra, cada gesto que emane de nuestra condición de poetas y de ciudadanos se convierta en una acción que trascienda la página, el libro, el performance, el recinto privado de lo habitual y proyecte a la poesía como un instrumento eficaz en nuestra lucha legítima por cambiar al mundo.


Firmado en La Habana, Cuba, el 2 de junio de 2007,
al final del XII Festival Internacional de Poesía de La Habana


Juan Bañuelos, México
Marcelino dos Santos, Mozambique
Adisa Jeline Andewle, Barbados
Rogelio Martínez Furé, Cuba
Xosé Lois García, Galicia
Nancy Morejón, Cuba
Lopito Feijoo, Angola
Keorapetse Kgositsile, Sudáfrica
Juvenal Bucuane, Mozambique
Rei Berroa, Rep. Dominicana
Norma Cárdenas Zurita, Tabasco, México
Hoda Hussein, Egipto
Odia Ofeimun, Nigeria
Obediah M. Smith, Bahamas
Keit Ellis, Jamaica, Canadá
Rick Patrick, Autralia
Doc Drumheller, Nueva Zelanda
Krystina Rodowska, Polonia
Tito Alvarado, Chile, Canadá
César Toro, Perú
Louis-Mesmin Glele, Benin
Roberto Arismendi, Oaxaca, México
Roberto Pontes, Brasil
Oscar Sauri, Mérida, México
Jan Otterstrom, Costa Rica
Pablo Armando Fernández, Cuba
Waldo Leyva, Cuba



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