CARTA DE TITO ALVARADO

Poeta y poetas, amigas, amigos, hermanas, hermanos del alma

Vamos con todo y nuestras diferencias, hermanados en la palabra que abra las puertas del ser humano que queremos ser.

Estoy a los pocos minutos de salir para La Habana, me llevo la respuesta de todos. Sé que an algunos lugares no será todo lo que se pensó, en cambio en otros será muchas veces mejor, quizá en algún lado no ocurra nada, esto no importa mucho, lo que importa es que hubo, hay y habrá respuesta, lo que importa es que en un istante de palabra y acción nos sentimos respaldado por la palabra y la acción de otros. En la inmensidad del tiempo y del espacio no somos nada y somos todo en la proyección del hermano.

Pudíeramos agregar mucho y quizá solamente sean palabras que se ha de llevar el viento, entonces preferible es callar y dejar que nuestras alas extendidas nos lleven a otros mares. Ya hemos roto el hielo, ya comenzamos a encender el fuego. Si ahora somos sesenta, setenta u ochenta en el mundo y cincuenta o sesenta en Cuba, mañana seremos cien y ,mucho más. Hoy sembramos... Lo que venga ha de ser un camino nuevo, un ir más allá. Hasta entonces, desde Cuba y desde cada lugar donde nos congreguemos a leer poesía que la diferencia irradia su fuerza para hacer un mundo de hermanos.

Les vuelvo a enviar la lista, faltaban una omisiones imperdonables y se han agregado otras voces. Sigue estando incompleta, les ruego desechen la anterior, guarden esta y comencemos a conocernos.

Desde un avión en vuelo, desde un poema, desde la palabra

Tito Alvarado