OFRENDA
Surco,
interminable hilera.
Mano callosa,
piel oscura, gris
en el sudor polvoriento
por la sequedad del clima.
Ojos opacos, perdidos
en la senda poblada de algarrobos.
Cada vid, semilla de buen vino,
es el cansancio de sol,
es el asfixiante zonda,
es el andar calcinado por los cerros.
Baquiano de piedras.
La tierra florece en la parra
y un día de estío ofrendará su fruto.
El hombre de gesto enjuto
colmará el cáliz con el zumo
elevando su canto por la vida.
Elisabet Cincotta
21/10/2005
derechos de autor reservados
jueves, 31 de mayo de 2007
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2 comentarios:
FELICITACIONES ELI POR EL EMPRENDIMIENTO¡¡¡
CORDIALMENTE.
CARLOS FERNANDEZ
FELICITACIONES ELI...POR CANTARLE A LA VIDA LA PAZ Y EL AMOR
ANAMÁ
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